martes, 9 de septiembre de 2008

Entrevista a Salomón Lerner, otrora presidente de la Comisión de la Verdad y Reconciliación



José Barreto: ¿Cuándo el peruano Salomón Lerner reparó que su país estaba a punto
de vivir la peor tragedia de su historia?

Salomón Lerner: Pues yo tengo que serle sincero en confesar que como muchísimos
peruanos, los primeros años de la violencia pues, causaron obviamente alarma en el sentido de que había por allí unos grupos violentistas, descontentos frente al gobierno y muy marcados políticamente, habían tomado las armas, habían empezado una lucha contra el estado. Eso ya había ocurrido (...) entonces lo que la gente pensaba en general era que se trataba de un brote pequeño de gente inconforme y que por razones ideológicas había tomado las armas y tratado de crear un clima de inestabilidad en el país.

Pero vea usted, conforme avanzaba el tiempo y las noticias de las muertes de policías a manos de sendero, la forma brutal en que ellos efectuaban estos llamados ajusticiamientos y también el llamado de Belaúnde al ejército para intervenir en zonas como ayacucho, empezaron a darnos un significado más real de Sendero, que en las ciudades no fue apreciado, sino más bien, epidérmicamente en el sentido de las voladuras de torres (...), pero la envergadura de Sendero no aparecería claramente ni, y eso es lo más importante, aparecían claros los motivos por los cuales había surgido Sendero, la cuestión vino a saberse más tarde, gracias también al trabajo de la CVR, de que había un potencial de muerte terrible en Sendero por el apoyo que podía recibir de poblaciones totalmente olvidados. Cuando ocurre lo de Uchuraccay, el grueso de la opinión pública cayó en la cuenta de que había una guerra y que ese llamado partido político en el fondo era un ejército. Había iniciado la llamada ILA. (...) además como no tocaban a la ciudad se decía que era otra guerra que ocurría en las alturas y que probablemente lo que habían eran líos comunales.

José Barreto: Tengo tres fechas en la mente: Por un lado el 17 de mayo de 1980 en
Chuschi; y por el otro, el 26 de enero de 1983 y el 16 de julio del 92 en Uchuraccay y Tarata respectivamente ¿Qué hace que estas dos últimas fechas tengan preponderancia en el ideario de los hechos nacionales?

Salomón Lerner Bueno lo de Chuschi fue tomado como una anécdota (...) para sendero
fue una fecha fundamental, la quema de las ánforas tiene un valor muy importante. Es más, ni los analistas políticos, ni el ejército ni nadie supo que quemar las ánforas el día de las elecciones era declarar la guerra a la democracia y el estado (...) era comunicarle al estado centralista del Perú que era el enemigo principal a derrotar. Este hecho tenía mucho significado, que a fin de cuentas nadie supo interpretar. (...) " Y es que hay algunos más peruanos que otros"

[...]
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Si bien es cierto la entrevista no está transcrita en su totalidad (por motivos de espacio), lo presentado es el quid de un testimonio trascendental para los fines de este blog y para aquellos que buscan una mirada del principal gestor de tan importante documento: la CVR.
En otros pasajes de la entrevista, ante la pregunta que le formulara acerca de si los factores que condicionaron el conflicto podrían estar presentes hoy, respondió de manera directa que "... no todos..", pero en gran medida, si no se reformula el tema de la indiferencia, podríamos vivir en constante amenaza de repetir días funestos como aquellos.
Gracias al señor Salomón Lerner.

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