La lógica militar: Liquidar y no arriesgar

"...Cuando llegó a Ayacucho sabía - sólo sabía - que existían poblaciones presenderistas y que allí los militares tendrían pena de muerte. Ahora esto lo sentía en carne propia. El incidente convenció a Sosa, antes que el resto de sus compañeros, de que el ejército no podría atraer a los campesinos por las buenas: debería atemorizarlos más que Sendero.

Extrajo una segunda verdad: en el poblador más inocente podía haber un terrorista embozado. Durante muchos días le danzó por la cabeza esta pregunta: ¿era o no el abuelo de la tiena un soplón de los senderistas? Fue el único que los trató afablemente y los mantuvo al tanto de los peligros posibles. Pero el agente desconfiaba de estas apariencias. ¿Por qué? No podría decirlo.

Más tarde, Jesús Sosa llegaría a otra conclusión: ERA PREFERIBLE LIQUIDAR A LOS TERROSITAS DETENIDOS. Fue un razonamiento práctico y no un sentimiento de odio." (Muerte en el Pentagonito. Uceda, Ricardo. Pag. 66; Cap. 3.)

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Y es así como un razonamiento tan simple llevó a cometer las más grandes injusticias de nuestra historia republicana. Un pensamiento guiado por la practicidad de los resultados. Un pensamiento asentado en la desidia de razonar. Un pensamiento que no era humano.

Esta semana tocaremos el tema de las ejecuciones y torturas perpetradas por las fuerzas militares en los años de conflicto con Sendero y el MRTA. Por medio de citas básicamente de entrevistas realizadas a actores directos. Dichas entrevistas son fuentes de información recogidas por dos periodistas de primer nivel: Ricardo Uceda y Gustavo Gorriti.

Exhorto a todos ustedes a leer dos grandes obras de estos dos grandes maestros del periodismo de investigación: Muerte en el Pentagonito de Ricardo Uceda y Sendero de Gustavo Gorríti.

José Barreto B.